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sábado, 5 de julio de 2014

Workaway en Irlanda- I Día

El viernes día 6 de Junio preparamos las maletas y salimos en Bus hacia Barcelona a las 3:35 de la noche. Nos despedimos de mis padres e intentamos dormir durante el viaje pero yo puedo ver el amanecer desde la ventanilla. A la llegada nos esperan mis tíos de Barcelona y nos llevan hasta el aeropuerto de Girona, ahí esperamos con ellos hasta que pasamos los controles. Nos sentamos delante de una ventana donde se ve come despegan los aviones hasta que sale nuestro vuelo.









 Tras tres horas aterrizamos en Knock, Irlanda. Al entrar vemos un perro rastreador y empieza a olfatear la comida de Pablo, la policía le pide que abra su mochila pero Pablo le dice que es solo comida, y sin más nos deja pasar (viva la seguridad).  Cogemos la maleta facturada y miramos a ver si nos han venido a buscar pero no es así, pasa el tiempo y no aparece nadie. Empezamos a asustarnos, nos encontramos en un aeropuerto enano, como la mitad que el de Zaragoza, no hay casi nadie, estamos incomunicados y sin saber dónde ir. Nuestro plan B es ir a alguna ciudad a pasar unos días y volver, pero después de toda la ilusión era deprimente la idea de volver en unos pocos días. Echamos una moneda al ordenador del aeropuerto y miramos el correo, tenemos un mensaje enviado hace 10 minutos. Mary, nuestra host llegaría tarde (bastante tarde). Después de esto nos tranquilizamos y esperamos.



Mary es una señora mayor que vive con su hija en una granja a 15 minutos en coche del aeropuerto. Su hija no esta estos meses pero es una mujer muy simpática y agradable. Llegamos a nuestra nueva casa durante las tres próximas semanas. Nuestra habitación es amplia, con una cama muy cómoda y unas vistas preciosas. El primer día no hacemos gran cosa, nos explica algunas cosas mientras nos prepara un té y pastas (qué típico :3). Después se va a la compra y nosotros investigamos un poco la zona, jugamos con los gatos y deshacemos las maletas. Cuando ha vuelto de la compra nos invita a ver la TV y nos prepara una cena riquísima, aunque algo fría. Yo estoy helada y ya estoy maldiciendome por no haber traido más ropa de abrigo. Después nos vamos a dormir a las 8 de la tarde porque estaba muertísima de sueño.

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