Pese a nuestro cansancio y la insistencia de Mary para que
nos quedáramos durmiendo todo el rato que quisiéramos, a las 7 ya estamos despiertos. Bajamos a desayunar con ella unas tostadas con mantequilla y té.
Luego nos enseña donde tiene sus dos invernaderos y nos manda regar uno a cada
uno, yo además cojo unas fresas. Empieza mi terapia de choque contra la araconfobia, hay cientos de arañas entre las plantas.
Por hoy no trabajamos más así que le pedimos
que nos enseñe a los caballos y las cabras y paseamos un rato por los
alrededores. Después vemos la televisión hasta la hora de comer. Mary nos prepara
unos sándwiches con un pan delicioso y patata cocida, cebolla roja, mahonesa y
pimienta negra y otro de pollo, mahonesa y pimienta negra.
Después de comer vamos a andar por un camino al lado de la
granja. Está lleno de casas y campos, con vacas y caballos. Llueve a ratos pero con chubasquero y botas de agua se va bien, además las vistas merecen
la pena. Pablo ve un zorro y hay muchos cuervos y renacuajos. Lo que más nos llama la atención a Pablo y a mí es la simpatía de los habitantes de la zona, todos nos saludan al pasar aunque vayan en coche.
Al volver preguntamos a Mary si podemos ayudarle en
algo, sacamos a los perros y vemos como les da de comer a los pollos. Después
subimos a leer y escribir un rato hasta
las 7, cuando cenamos carne cocida con "gravy". De postre nos preparamos las fresas
que he recogido por la mañana con nata, son las fresas más deliciosas que he
probado en mi vida. Mientras tanto un amigo
de Mary llega a casa y nos presentan. Es un chico un poco mayor que nosotros con un fuerte acento irlandés y es la
persona a la que tenemos que pedirle ayuda cuando Mary no esté en casa.
Por la noche nos duchamos (hay que poner a calentar el agua
dos horas antes) y leemos y escribimos hasta la hora de dormir.
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